Es Sábado Santo se hace necesario esperar en silencio con María, ella guarda en su corazón estas palabras “EL SEÑOR ES MI ESPERANZA”, en comunión con ella digamos el Señor es nuestra esperanza. En Dios ponemos nuestra esperanza y confiamos en su Palabra.
En este día santo, junto a los niños de nuestra familia, recordemos, el amor tan grande de María tuvo por su Hijo. Y que el mismo Cristo nos dejó también a su Madre para que nos cuidara a todos.
La experiencia de la cruz para María, la madre de Jesús, ha sido tremenda. Tener en sus brazos el cuerpo de su Hijo muerto, también a Ella la han crucificado. Junto al discípulo amado ha oído las últimas palabras de Jesús, su último suspiro. Ahora es todo dolor, y llanto. Las mujeres del camino de Jesús, rotas por dentro, llevan aromas, embalsaman el cuerpo. Hay un silencio denso. Hay una espera.
María está junto a la cruz de Jesús. Sin palabras. Son sus gestos, sus manos, sus ojos, su silencio, los que hablan. Está allí porque ama mucho, sabe mucho de pérdidas y de dolor; de fe y de esperanza. “Junto a la cruz de Jesús estaba su madre…” (Jn 19,25-27).
Expliquémosles a los niños, que aunque la Virgen María estaba triste, sabía en su corazón que Su Hijo resucitaría y viviría para siempre. Este día podemos hacer algunos dibujos de la Virgen María con ellos y animarnos a rezar el rosario o rezar un denario juntos. Que los niños vayan entendiendo que María es una madre que siempre espera y que siempre está presta para salir al auxilio de sus hijos.
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TRIPTICO ROSARIO DE LOS 7 DOLORES DE MARIA